EL FOGÓN DE LA MEMORIA

Por Oscar A. Salcito

 



17 de octubre de 1945 (Octubre 2012)
Un pronunciamiento militar con fecha 8 de octubre, obligó a Perón a renunciar a la Vicepresidencia y fue llevado preso a la Isla Martín García. Unas horas antes, en la CGT, saluda a los trabajadores advirtiéndoles sobre el peligro de perder todos los logros y conquistas obtenidos. Ahí se iba gestando el Movimiento de masas más grande de Latinoamérica: El Peronismo.
El 17 de octubre, una muchedumbre vestida de Pueblo irrumpe en la Plaza de Mayo para pedir la libertad de su líder y exigir al gobierno elecciones libres.
Los manifestantes, que venían del conurbano bonaerense se refrescaron los pies en las fuentes de la plaza, convirtiéndose en una foto emblemática del peronismo. Esa Plaza sería el punto de reunión entre el Pueblo y Perón. A partir de allí, no habrá revolución en Argentina sin esa concepción ideológica.
El Movimiento Nacional se entronca en nuestra historia partiendo del federalismo, con las políticas nacionales de Rosas, la resistencia de las montoneras gauchas a los liberales, en las figuras del “Chacho”, Felipe Varela, y los caudillos provinciales; se ramifica en Leandro Alem y don Hipólito Yrigoyen, en FORJA, para nacer desde el subsuelo de la Patria ese glorioso 17 de octubre. Perón y Evita sintetizan ese Movimiento.
La CGT había convocado a una huelga general, y los militares se vieron cercados por la realidad que los superaba, ante la mirada atónita de las fuerzas de la oposición, que no podían entender ese fenómeno social. Palabras denigrantes surgieron desde las voces del Partido Comunista, del Partido Radical y conservadores, llamando a esa multitud: “Aluvión Zoológico” entre tantas incomprensiones. Luego, cuando se lleve a cabo el acto electoral del 46´, se nuclearán en la “Unión Democrática” liderada por el embajador norteamericano Spruille Braden pasándose a la vereda opuesta del Pueblo.
Esa masa sudorosa esperaba la aparición de Perón en los balcones de la Casa Rosada, y no iban a moverse de allí hasta que no se concretara su liberación.
Ya con las luces de la noche, sale al histórico balcón, desde donde dirá: “Trabajadores, hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres honras en mi vida: La de ser soldado, la de ser patriota y la de ser el primer trabajador argentino. (…) Doy el primer abrazo a esta masa inmensa que presenta la síntesis de un sentimiento que había muerto en la República: La verdadera civilidad del Pueblo argentino. Esto es Pueblo, es el pueblo sufriente que representa el dolor de la Madre Tierra, el que hemos de reivindicar:”
Hoy, al ver las conquistas que se logran día a día desde el Gobierno Nacional; con la nacionalización de YPF, Aerolíneas, la creación de FADEA en Córdoba, la Asignación Universal por Hijo, el pago de la deuda al FMI, la política de Derechos Humanos, donde por primera vez en nuestra América se juzga a los genocidas y delincuentes de “lesa humanidad”, las políticas de inclusión social, el aumento de las jubilaciones (¿Se acuerdan cuanto cobraban con De la Rúa?), la Ley de Medios de la Democracia, la construcción de miles de viviendas, la creciente industrialización y el desarrollo de las PYMES, dándole valor agregado a nuestro trabajo, la participación de las ganancias por parte de los trabajadores en las empresas, la postura acertada y contundente de la  Presidenta en reivindicar nuestras Islas Malvinas en el mundo, la UNASUR, y nuestra política de trabajar unidos en Latinoamérica, y tratar de formar un bloque intercontinental desde el Sur, con África y Asia; por todo ello y mas, y porque tenemos memoria, vemos con agrado el camino emprendido en el 2003, y somos nosotros, “Unidos y Organizados”, los que debemos sostener las conquistas obtenidas, y no dejarnos llevar por los cantos de sirena de los impresentables de ayer, de hoy y de siempre; los “Lanatas”, “Grondonas”, “Rosis”, “Pereyras”, “Ronis”, “Petetes”, (sigue la lista), que desde sus tribunas mediáticas vociferan odio y caos, porque no pueden ver al Pueblo feliz, ese Pueblo que irrumpió aquel 17 histórico y hoy se proyecta apoyando el Modelo Nacional y Popular que lidera nuestra Compañera Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
“Solo el Pueblo salvará al Pueblo” (J.D. Perón)
 


ARTURO JAURETCHE. Un pensador nacional (Setiembre 2012)

Nace en Lincoln, provincia de Buenos Aires,13 de noviembre de 1901.
Después de pasar su niñez y adolescencia en Lincoln se trasladó a Buenos Aires. Simpatizó con el nuevo modelo de integración social promovido por la Unión Cívica Radical, afiliándose al partido en el bando de Hipólito Yrigoyen, los llamados radicales personalistas; fue importante en ello la influencia del poeta y compositor Homero Manzi, que veía en ello una nueva y beneficiosa política de inserción de las clases trabajadoras, con las que el origen rural de Jauretche le hacía simpatizar. De chico su lema fue ayudar a los pobres y a los barrios de clase baja para que pudieran formar parte de la política del país.
En 1928, cuando Yrigoyen asumió su segundo mandato tras el interludio del gobierno de Marcelo T. de Alvear, fue nombrado funcionario, aunque sólo brevemente; dos años más tarde, el ejército promovería el primer golpe de estado de la época constitucional en Argentina, dando inicio a la llamada Década Infame. Jauretche combatió con las armas a los insurrectos, y luego desarrolló una intensa actividad política contra éstos. En 1933, en Corrientes, tomó parte en el alzamiento de los coroneles Roberto Bosch y Gregorio Pomar, quienes no habían participado de la revolución del 6 de septiembre de 1930.
Tras la derrota del alzamiento, fue encarcelado; en prisión escribiría su versión de los episodios en forma de poema gauchesco, al que tituló El Paso de los Libres. La publicaría en 1934 con prólogo de Jorge Luis Borges, de quien sin embargo lo separarían cada vez más marcadamente cuestiones de política social y cultural.
El conflicto de Jauretche con la línea dirigente del radicalismo, encabezada por Alvear, no tardó en profundizarse; cuando este último decidió en 1939 levantar la decisión de no presentarse a elecciones para mostrar el desacuerdo del partido con el régimen imperante, un importante grupo de la izquierda del radicalismo decidió formar una agrupación disidente. Junto con Homero Manzi, Luis Dellepiane, Gabriel del Mazo, Raúl Scalabrini Ortiz, Manuel Ortiz Pereyra y otros fundó FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina), que desarrollaría los lineamientos del nacionalismo democrático, opuesto a la vez al nacionalismo conservador de los sectores reaccionarios y a la política liberalizadora del gobierno de Agustín P. Justo. Marginados de la esfera política partidaria, los actos de FORJA se realizaron sobre todo a través de manifestaciones callejeras y publicaciones de edición propia (los conocidos como Cuadernos de FORJA).
Hacia 1940 Jauretche rompió con Dellepiane y del Mazo, que se reincorporaron a la línea oficial de la UCR. FORJA se radicalizó así, dando lugar a elementos más nacionalistas. Raúl Scalabrini Ortiz, siempre próximo al ideario del movimiento, se afilió a él, formando junto con Jauretche la dupla dirigente. Se apartaría nuevamente hacia 1943, dejando a Jauretche en solitario al frente. Su oposición al gobierno de Ramón Castillo fue vehemente, y aunque se mostró escéptico ante las intenciones de los militares que lo derrocaron, su firme posición de neutralidad frente a la Segunda Guerra Mundial hizo que saludara al gobierno de Pedro Pablo Ramírez con simpatía, y cuando el Grupo de Oficiales Unidos derrocó a su vez a Ramírez por ceder a las presiones estadounidenses y romper relaciones con el Eje, Jauretche se mostró próximo al ascendente coronel Juan Domingo Perón, Secretario de Trabajo y Previsión.
Adhirió al peronismo desde el 17 de octubre de 1945. Apoyado por Domingo Mercante, gobernador de la provincia de Buenos Aires, y próximo al programa económico de Miguel Miranda, que promovía un proyecto de industrialización acelerada fomentado por el estado, con la idea de emplear los excelentes réditos del modelo agroexportador durante la coyuntura de la guerra en Europa para transformar el perfil productivo del país, fue nombrado presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires en 1946, cargo desde el cual desarrolló una política crediticia generosa con los proyectos de industrialización.
En 1955 la Revolución Fusiladora derrocará a Perón; exento de las persecuciones políticas por haber estado apartado del gobierno en los últimos años, fundó el semanario El '45 para defender lo que consideraba los 10 años de gobierno popular, criticando duramente la acción política, económica y social del régimen de facto, pero fue clausurado al tercer número. Colaboró en los Semanarios "Azul y Blanco" y "Segunda República" (entre 1955-70). En 1956 publicaría el ensayo El Plan Prebisch: retorno al coloniaje, criticando el informe que Raúl Prebisch, secretario de la Comisión Económica para América Latina (C.E.P.A.L.), había hecho a pedido del régimen de Pedro Eugenio Aramburu. La dureza de su oposición le valdría la persecución política y el exilio en Montevideo.
El naciente revisionismo histórico se aliaría en la obra de Jauretche con su interpretación de la realidad contemporánea. Dirá:
“La Línea Mayo-Caseros ha sido el mejor instrumento para provocar las analogías que establecen entre el pasado y el presente la comprensión histórica (...) ¡Flor de revisionistas estos Libertadores! Así bastó que nos demostrasen que esto era el nuevo Caseros, para que mis paisanos se dieran cuenta, una vez por todas, de lo que fue el otro. Y una dosis un poco masiva de cipayismo para que mis paisanos se anoticiaran definitivamente de lo que significaron las tropas brasileñas desfilando a la vanguardia —más visibles pero menos ruidosas que las espoletas— del otro ejército libertador.”
El agotamiento de sus posibilidades políticas indujo a Jaureteche a retomar la pluma; en la década del '60 publicaría con frecuencia e intensidad, tanto en revistas y periódicos como en volúmenes de ensayo que resultarán grandes éxitos de público. En 1962 apareció Forja y la Década Infame, dos años más tarde Filo, contrafilo y punta, y en 1966 El medio pelo en la sociedad argentina, una punzante interpelación a la clase media que tiene inmediata repercusión. Su afinidad con la CGT de los Argentinos lo lleva a sumarse a la Comisión de Afirmación Nacional de la Central.
En 1968 publica su Manual de zonceras argentinas, un listado de ideas negativas sobre su propio país que generalmente tienen los argentinos. Éstas son introducidas en la conciencia de todos los ciudadanos desde la educación primaria y sostenidas posteriormente por medio de la prensa. Frases como la sarmientina El mal que aqueja a la Argentina es la extensión, más la dicotomía "civilización o barbarie" (según Jauretche, la madre que las parió a todas las zonceras) y similares, en su opinión, llevan a la limitación de las posibilidades de la Argentina de realizarse en forma autónoma.
En 1972 publica De memoria. Pantalones cortos. Era el primer tomo de una trilogía que debía rescatar los recuerdos de su vida y las enseñanzas políticas y nacionales que ésta la fue dejando. Este primer tomo, que reúne sus recuerdos de infancia en Lincoln, provincia de Buenos Aires, fue el único que publicó. La muerte le impidió publicar sus continuaciones. Jauretche murió en Buenos Aires el 25 de mayo de 1974, a la edad de 73 años.





"RENUNCIO A LOS HONORES, NO A LA LUCHA"  
(Agosto 2012)
 
…“Días de julio del 52. ¿Qué importa dónde estaba yo?. No descanses en paz, alza los brazos, no para el día del renunciamiento sino para juntarte a las mujeres con tu bandera redentora, lavada en pólvora, resucitando. No sé quién fuiste, pero te jugaste. Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo. Metiste a las mujeres en la historia, de prepo, arrebatando los micrófonos, repartiendo venganzas y limosnas. Bruta como un diamante en un chiquero. ¿Quién va a tirarte la última piedra?”… “Tener agallas, como vos tuviste, fanática, leal, desenfrenada en el candor de la beneficencia, pero la única que se dio el lujo de coronarse por los sumergidos. Agallas para defender a muerte. Agallas para hacer el nuevo mundo. Tener agallas para gritar basta, aunque nos amordacen con cañones”.
Fragmentos del poema EVA, de María Elena Walsh, que reflejan una partecita de lo inmensa que fue la obra de la Abanderada de los Humildes. Desprendida hasta la médula y comprometida con la revolución que en aquellos años realizaban el Pueblo y Perón.
El 22 de agosto de 1951 es conocido en la historia del peronismo, como el día del renunciamiento, aunque la negativa de Evita de asumir la candidatura a vicepresidenta de la Nación se remonta un poco antes.
Multitudes se habían congregado en la avenida 9 de Julio frente al palco de la CGT, que organizaba la jornada, en medio de la algarabía popular y apoyando al modelo Nacional y Popular de aquellos años. Muy distante de esta CGT actual, que hace “lobby” empresarial y se deja llevar por intereses ajenos a la causa de los trabajadores, cuestionando a un gobierno que ha orientado el rumbo desde el 2003 a la fecha.
La consigna Perón-Eva Perón se leía por doquier, y a las cinco de la tarde, cuando el Secretario de la Central Obrera, José Espejo, se acercó a los micrófonos del palco, una multitud de más de un millón de almas, rugía fervorosa al observar la frase que pendía del mismo: “La fórmula de la Patria”. Cuando Evita comienza su discurso sé abre un diálogo jamás visto en la historia argentina. “El pueblo se reúne aquí para decir que ya sabe de que se trata y quiere que el General Perón siga dirigiendo los destinos de la Patria”. Así comenzaba el cabildo abierto del 22 de agosto.
Reuniones previas a la jornada, para que Eva fuera candidata, se habían congregado en los pasillos de la Rosada y los Ministerios. Doscientos sindicalistas dialogaron con Perón, las 3.600; (escuchó bien), Unidades Básicas del Partido Peronista Femenino hicieron sentir su voz, junto a Cámpora, y los políticos “evitistas”. Esa tarde invernal  Evita atacó duramente a la oligarquía y le dijo a su esposo que la acompañaba en el palco: “Yo, mi general, con la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados, os proclamo, antes que el pueblo os vote el 11 de noviembre, presidente de todos los argentinos. La Patria está salvada porque la gobierna el general Perón”. Allí se formaliza el diálogo entre Evita y el Pueblo. Si alguno puede ver las imágenes de aquel impresionante acto, podrá corroborar lo que digo. La multitud pedía que se pronunciara para la vicepresidencia al grito de “Ahora”, mientras ella pronunciaba la palabra “Compañeros” cuatro veces hasta poder dirigir su voz a sus grasitas: “Compañeros, yo no renuncio a mi puesto de lucha, renuncio a los honores. Yo me guardo, como Alejandro, las esperanzas, por la gloria y el cariño de ustedes y del general Perón.” El pueblo ensordece con su “no” rotundo, Perón llama a la calma, y se abraza con Evita, luego se vuelve a los suyos y finaliza su diálogo con estas palabras: “Compañeros, como dijo el general Perón, yo haré lo que diga el pueblo.” Así, minutos después se desvanecía, debido a su delicado estado de salud, que ya empezaba minar su cuerpo, y la multitud volvía a sus hogares con un sabor amargo en la boca. Nueve días después, a través de la cadena nacional, evita informaba la irrevocable decisión de renunciar a la candidatura a vicepresidenta.
Mucho se ha hilvanado al respecto. Las logias militares, machistas, y ligadas en gran parte a la oligarquía  que odiaba a Evita, eran los principales oponentes a su candidatura. Otro aspecto a señalar es la enfermedad que carcomía sus huesos. Estas fueron sus palabras que se escucharon desde las viejas radios en todas las casas del país: “No tenía entonces ni tengo en estos  momentos más que una sola ambición personal: que de mí se diga, cuando se escriba el capítulo maravilloso que la historia dedicará seguramente a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevar al presidente las esperanzas del pueblo y que, a esa mujer, el pueblo la llamaba cariñosamente Evita. Eso es todo lo que quiero ser.”
El 26 de Julio de 1952, partía hacia la inmortalidad quién fuera, es y será, la “Guía Espiritual de la Nación”.


ROMA. ¿Adónde vas? (Julio 2012)

Hoy, en el Fogón de la Memoria, nos iremos hacia Galilea en las primeras décadas cristianas. Encontramos allí, a orillas del Lago Tiberíades a los primeros elegidos de Jesús, que no eran más que humildes pescadores; hombres de trabajo. Simón, uno de ellos, era casado, y deja su casa de Cafarnaúm para seguir al Mesías. Se unen a él su hermano Andrés, junto a Juan y Santiago Zebedeo.

El sobrenombre de Pedro se lo pondrá Jesús, ya que significa “piedra”, en la cual edificará su futura Iglesia. Una comunidad de fieles que se distinguían por las obras de bien, la puesta de los bienes en común, la fracción del pan y la pobreza.
Según los relatos evangélicos, Pedro niega tres veces a Cristo previo a ser crucificado, pero luego de un arrepentimiento será pilar en la predicación de la Buena Nueva. Por un lapso de quince años, después de la ascensión de Jesús, dirige la comunidad en Palestina. En el año 44 fue encarcelado por orden de Herodes Agripa, aunque logra escapar hacia Siria, Asia Menor y  Grecia. Asiste al primer Concilio de Jerusalén en los años 48-49, en donde se discutirá entre otras cosas el futuro de la Iglesia y la incorporación de los “gentiles” (cristianos de origen no judío).
Más adelante lo vemos en Roma, capital del Imperio, en donde se escabullirá por las persecuciones hasta encontrar la muerte en las matanzas del emperador Nerón en el año 64.
Llegamos así, luego de traspasar los siglos, a una Iglesia Apostólica y Romana que es uno de los símbolos del poder mundial, llena de riquezas materiales, bancos privados, financieras, mafias apegadas al dinero, corrupción, cohorte de cardenales opíparos que inspiran más miedo que piedad, adulando a un monarca absolutista con tiara y cetro.
¿Qué se preguntará Pedro, ese sencillo pescador y hombre de labor, que jamás llevó corona ni cetro? Nos dice en su Segunda Carta, que la encontramos en la Biblia, en su capítulo 2, versículo 3: “Llevados por el amor al dinero, se aprovecharán de ustedes con palabras engañosas. Pero ya comenzó su condenación y no duerme la ruina que los perderá.”
El Papa Benedictus XVI, el gran inquisidor,  pronto  llegará  a su fin, y los buitres sedientos de poder ya preparan la sucesión al trono que jamás tuvo Pedro.
Nos dice el Apóstol pobre y perseguido (2 Pedro, 2, 13): “Se creen felices por gozar placeres pasajeros; son hombres sucios y viciosos que toman parte en sus comidas fraternales muy contentos de engañarles.”
Simón Pedro, de piel curtida sobre su barca, sale a refrescarse los pies, luego de una jornada fatigosa en el Mar de Galilea; mientras en otro continente el Obispo de la diócesis de Merlo, Fernando María Bargalló, presidente de Caritas para América Latina, refrescaba sus pies en las playas caras del Caribe, luego de colocar afiches en todas las diócesis sobre la colecta “Mas por Menos”.

Nos dice el sencillo Pedro (2 Pedro, 2, 15): “Abandonaron el camino recto y siguieron a Balaam, hijo de Bosor, que se extravió para ganar dinero haciendo el mal”. (Recordemos que Balaam era un adivino arameo que se lo menciona en Números de la Biblia, y es considerado un consejero de la inmoralidad).
¿Qué pensará  Pedro,  que se lanzó a las aguas como un niño, al ver a Jesús caminando sobre ellas, al ver las imágenes de un padre Grassi, o del sacerdote Von Wernich, condenado por delitos de lesa Humanidad?
No sé qué pensaría, pero nos escribió en su carta (2 Pedro 2, 21-22): “Mas les valdría no haber conocido el camino de la Vida Nueva, que después de haberlo conocido, apartarse de la doctrina que se les enseñó. Les pasa exactamente lo que dice el proverbio: El perro se volvió a su propio vómito, y el cerdo apenas lavado se revuelca en el barro.”
Hace poquito veíamos como un golpe de Estado de guantes blancos asaltaba el poder en Paraguay, destituyendo al Presidente legítimo Lugo, provocando la desestabilización de la región, y ¡Oh sorpresa!, el primero en ir a saludar al golpista Franco fue nada más ni nada menos, que el representante del Estado Vaticano en aquel país.
Volvemos a consultar la cartita de Pedro en la Biblia, pero esta vez en su primera misiva (1 Pedro, 2, 16-17): “Compórtense como hombres libres, aunque no a la manera de las personas que hablan de libertad para justificar su maldad; ustedes son servidores de Dios. Respeten entonces a todos, amen a sus hermanos, teman a Dios y respeten al que gobierna.”  Respeten al que gobierna bajo el mandato popular.
¿Quo vadis Roma?
El Obispo Lugo, que había dejado los malos hábitos al enrolarse en el camino de la Liberación en América Latina; que había optado, al igual que Pedro, por la opción por los pobres y la unidad de nuestros pueblos, fue destituido por los “Herodes Agripa”  del momento.
Por último, vamos a dejar a Pedro que siga con su pluma, dándonos su saludo final y avisándonos que nos cuidemos de estos falsos profetas de la monarquía vaticana.

(2 Pedro 3, 17-18): “Así pues, muy queridos, avisados como están, tengan cuidado, no sea que esa gente extraviada los engañe y los arrastre, les haga perder la firmeza y por fin caer. Crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo: a El la gloria, ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”

SIMÓN LUENGO. Revolucionario y cordobés (Junio 2012)
 
El pasado 4 de junio se conmemoraba al Caudillo federal Felipe Varela, acompañando su ascenso a General de la Nación otorgado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en un emotivo acto en Catamarca. Nos sumamos a ese homenaje y reivindicación de las luchas que aquellos héroes encabezaron por la libertad de las provincias, sometidas por el poder de policía del Puerto. Fueron muchos los líderes que se pusieron al frente de esas luchas. Hoy, quiero sacar del olvido a un lugarteniente del Chacho Peñaloza y caudillo indiscutido de los orilleros de Córdoba. Me refiero al Coronel de Milicias Don José Simón Luengo.
Luego de las derrotas de las montoneras de Varela y su desaparición física en Copiapó en 1870, y tras la masacre del Paraguay en la Guerra de la Triple Infamia, quedaban en pié las milicias de López Jordán en Entre Ríos, que intentaron poner fin a la entrega de su provincia por parte del traidor Justo José de Urquiza, quien encontrara la muerte en su palacio de San José, a manos de una partida que lideraba Luengo. Este hecho sucede el 11 de abril de 1870.
Coronel Simón Luengo

Este paisano, nacido en 1825 en las llamadas quintas del poniente, a la vera del arroyo de la Cañada, transita una vida tranquila al cuidado de sus huertas y frutales hasta 1860, hasta que toma protagonismo la asonada del partido federal cordobés, llamado ruso, contra el gobernador liberal Mariano Fragueiro.
Luego, Don Simón, tras sublevar a la tropa federal, destituyen al gobernador liberal y amigo de los porteños, Don Justiniano Posse, en junio de 1963, para dar paso a las tropas de Peñaloza, quien dirigiera en aquella oportunidad unas palabras a los concurrentes desde los balcones del Cabildo de la Docta, ante el espanto de las señoras de la alta sociedad.
Ya en 1866, cuando todo el Interior y Litoral se levantaba a gritos desde los sectores populares que no se combatiera al Paraguay de Solano López, y Varela encabezaba la resistencia, Luengo, junto al Gobernador Mateo Luque tratan de sumarse a la causa de los pueblos. Por supuesto, Mitre y sus coroneles mercenarios invadirán las provincias para eliminar a los federales. Simón padece cárcel y después de una amnistía de Sarmiento, logra obtener un salvoconducto a la libertad (1869).  Pronto lo veremos actuar en Entre Ríos en el episodio antes mencionado con el ajusticiamiento de Urquiza y peleará al lado de Jordán.
Tras deambular por los montes y cuchillas del litoral, después de ser derrotadas las fuerzas de López Jordán en la batalla de Ñaembé (Corrientes 1871), nuestro intrépido cordobés pasa a la Banda Oriental, para encontrarlo de incógnito al año siguiente en una estancia a dos leguas de Córdoba Capital. El motivo de su viaje era ponerse en contacto con sus amigos “rusos”, y tratar de sublevar la provincia, pero las intrigas y la traición fueron más fuertes y fue delatada su presencia.
Una partida policial sale a su encuentro y lo asesina cuando se encontraba durmiendo, de acuerdo al relato de sus hijos y allegados, en la madrugada del 26 de junio de 1872. Por supuesto que el parte oficial fue el de siempre. “Ajusticiado mientras trataba de fugarse”.
Su cuerpo recibe la autopsia en el Hospital San Roque, para ser trasladado a su última morada en el Cementerio de San Jerónimo. El cortejo fúnebre sumaba una concurrencia de cuatro mil personas. Rostros de tristeza y bronca; rostros de hombres y mujeres de los suburbios marginados. Ya no habría más revoluciones y la Córdoba federal perdía al caudillo que supo defender los intereses de los desposeídos. Se llamó Simón Luengo. Ojalá la historia argentina reconozca y esboce su  merecida reivindicación.
En Tanti, pueblo de las serranías cordobesas, viven y transitan muchos que llevan su apellido. Quiero recordar en forma muy particular a un biznieto del caudillo, Don Luis Luengo, simplemente un hombre de bien, que en enero próximo pasado nos dejara para reunirse con Don Simón en algún lugar de la eternidad, y desde allí conversar bajito desde sus aperos sencillos, cabalgando por esos Campos de Dios.

CARLOS MUJICA   (Mayo 2012)
Meditación en la villa

Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos,
que parecen tener ocho años, tengan trece,
Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro,
yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas,
de las que puedo irme y ellos no;
Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme
de que ellos no pueden hacerlo;
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no;
porque nadie hace huelga con su hambre.
Señor, perdóname por decirles “no sólo de pan vive el hombre”
y no luchar con todo para que rescaten su pan;
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí. Ayúdame.
Señor, sueño con morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame.

Leyendo esta oración emblemática y significativa del Padre Mujica, vemos la hombría y la humildad de este seguidor de Cristo, que encarna la prédica evangélica desde la opción por los pobres. Opción para nada preferencial como quieren hacernos creer los monarcas del Estado Vaticano y su cohorte de opíparos y gordos cardenales.
Es por ello que mas que resaltar una biografía de un curita villero y peronista, que podría resultar hasta pintoresco o convertirlo en simple remera, en esta oportunidad quiero marcar las diferencias que existen dentro de la Iglesia Católica y las opciones que los cristianos tenemos que elegir a la luz de la Buena Nueva.
En varias oportunidades hablamos de las dos Iglesias. Una conservadora, otra progresista; una reaccionaria, otra revolucionaria; una enquistada en el poder, la otra perseguida desde ese mismo poder.
Si nos retrotraemos a las primeras comunidades descritas en los Hechos de los Apóstoles, y en todo el devenir de los creyentes en Jesús por circos y crucifixiones, hasta el año 313 en que el Emperador Romano Constantino firmara el Edicto que convertía por decreto a todo el Imperio en “cristiano”, los seguidores del Hijo de Dios eran los desposeídos y los que dejaban sus riquezas para reparar sus faltas.
Luego, con la romanización, comienza el largo camino de la llamada “cristiandad”, que no es otra cosa que una expresión cultural centro europea de dominación. Allí se tergiversa el mensaje profético para taparlo con el Dogma y el latín, y para que los súbditos de la monarquía papal no pudieran acceder a los conocimientos sencillos de la prédica cristiana: “Si tienes dos capas, da una a tu hermano”. “Si eres rico da todo a los pobres, y Sígueme”. “Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos”.
La monarquía eclesial romana borró con el codo lo que estaba escrito y nos llenó de preceptos estancos. Cuanto menos sepa el pueblo mejor, así pueden seguir manteniendo el poder. El que no siga dichos preceptos podía ser quemado en la hoguera de la Inquisición; el que era pecador ardería en el infierno. Inventaron que los sacerdotes no debían casarse ni tener relaciones sexuales. En el Concilio de Elvira (Siglo IV) se establecen los primeros 81 cánones que exigían disciplina a los creyentes, entre las obligaciones a asistir a misa, el celibato, ayunos, etc. Luego se afianzarán en los Concilios de Letrán (1123); y de Trento (1545-1563).
Con el Concilio Vaticano II en la década del sesenta (1962-1965), y los posteriores encuentros de la Iglesia Latinoamericana en Medellín y Puebla, empieza a florecer una esperanza que había sido ocultada desde las altas esferas de Roma. La  clave era volver a mirar los Evangelios y el mensaje de liberación que toda la Biblia nos detalla en innumerables citas. Aparecen los Sacerdotes para el Tercer Mundo en donde milita en forma ejemplar Carlos Mujica.
Son muchos los laicos y clérigos perseguidos. En Argentina comienzan la Triple A con la CNU  y continuará la Dictadura en asesinar a quienes ellos consideraban peligrosos para la tradición occidental y cristiana; léase Cristiandad europea.
Las homilías de Mujica eran grabadas por los servicios, y en varias oportunidades, el arzobispo Aramburu, miembro de la jerarquía corrupta y gorila de la Iglesia, le propuso que dejara el sacerdocio, por ser peligroso para las buenas costumbres. El había optado por una forma de predicar alejada de esa curia y eligió la de Jesús.
Por ello vivió y murió siendo consecuente. El 11 de mayo de 1974, a las ocho y cuarto de la noche, después de celebrar misa en la Iglesia de San Francisco Solano de Villa Luro, fue acribillado por miembros de  la ya mencionada Triple A.
Hoy descansa en la Parroquia Cristo Obrero de la Villa 31 de Retiro en donde predicó, y habita en el corazón de su pueblo. Un lugar que comparte con muy pocos, en los que pueden contarse sus amados Juan Domingo Perón; Evita y el también mártir de La Rioja, monseñor Enrique Angelelli.

EL GAUCHO RIVERO. Más vigente que nunca. (Abril 2012)

Nuestro país heredó de España sus derechos sobre el territorio patrio, del cual forman parte las islas Malvinas.
Desde 1811 a 1820 las islas permanecieron sin ser ocupadas; luego, el 6 de Noviembre de 1820, se izó el pabellón nacional y hasta 1824 se sucedieron 3 comandantes militares argentinos, mientras el gobierno daba concesiones a Ángel Pacheco y en 1829 nombró a Vernet como primer gobernador Político y Militar de las Malvinas.
Después de recibir un ataque de la fragata estadounidense "Lexington", se volvió a nombrar otro gobernador, el mayor Mestivier, quien fue asesinado por sus hombres.
Quedó entonces a cargo de las islas el Teniente Coronel de Marina D. José María Pinedo con la goleta "Sarandí". Finalmente sobrevino el ataque inglés que terminó con la ocupación de nuestras islas el 3 de Enero de 1833. Aunque su estadía no se prolongó por mucho tiempo, ya que por orden del almirantazgo abandonó las islas dejando a cargo a un súbdito británico: tendero irlandés Mr. Williamns Dickson. Esta síntesis de los acontecimientos muestra que mientras fuimos herederos u ocupantes de las islas, ejercimos nuestra soberanía sin claudicaciones y sólo abandonamos las islas por el uso de la fuerza.
Cuando todos los argentinos disfrutamos del fútbol los fines de semana, vemos que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), bautizó la copa del torneo de Primera División, “Copa Gaucho Rivero”. ¿Quién era este personaje que muchos descubrimos recién ahora?
 El 26 de agosto de aquel año, los criollos Luna y Brasildo, junto a cinco indios que trabajaban allí, (Godoy, Flores, González, Zalazar y Latorre), comandados por Antonio Rivero, desencadenan un episodio confuso a la distancia. Parece ser que los revoltosos paisanos reclamaban el pago de sus tareas rurales, según algunos historiadores, pero los hechos parecieran demostrar que veían con desagrado la usurpación inglesa y la servil actitud de los lacayos argentinos. En esta revuelta resultan muertos el Capitán Brisbane (ayudante de Vartnet); Juan Simón, que era el capataz de los gauchos; Williamns Dickson; Ventura Wagner y Ventura Pasos.
Este hecho pone a las Malvinas sin autoridades británicas y su pabellón pirata no flameará hasta la usurpación posterior en enero de 1834; en donde el buque de guerra Challenger se apodera de Puerto Soledad.
El Gaucho Rivero y sus amigos logran escabullirse entre los islotes, hasta que se entrega el 18 de marzo, ya que les fuera imposible embarcarse hacia la Patagonia y escapar. Son llevados al buque inglés Spartiate, que oficiaba de estación naval en América del Sur, para ser juzgados, y vean la importancia de este juicio. El fiscal pide la pena máxima para estos revoltosos, y qué sucede: la justicia británica decide no condenarlos, ya que los hechos que protagonizaron no habían sucedido en territorios pertenecientes a la corona, desembarcando a Rivero en la Banda oriental del Uruguay. Esto tira por el piso toda pretensión de Gran Bretaña de considerar a las Malvinas parte de su Imperio, ya que su propia Justicia había declarado que no pertenecían a su jurisdicción. Pero la fuerza de las bestias se impuso hasta ahora a la razón.
Centrándonos en la figura del gaucho Rivero, podemos considerar que su valentía es un hito para rescatar, ya que con un puñado de hombres, logró sostener por algún tiempo, una parte de nuestro territorio nacional. Además entregó su vida, ya de regreso al país, combatiendo al enemigo anglosajón bajo el mando de Rosas, el 20 de noviembre de 1845, en la Vuelta de Obligado.
Es importante destacar la figura de Rivero, y la de tantos gauchos federales que le pusieron el pecho al atropello extranjero y del cipayaje local.
Hoy, vemos muchos “Riveros” enfrentando las políticas poco patriotas de algunos gobernadores de provincia, como es el caso del Gobernador del Chaco, Sr. Jorge Capitanich; que hace concesiones con el ejército de la Cuarta Flota Estadounidense y el Comando Sur, para facilitarles una base en el aeropuerto de Resistencia, con la “excusa” infantil de venir a ayudarnos a combatir enfermedades y a paliar la emergencia hídrica por las inundaciones entre otras mentiras. Demás está decir que estos militares yanquis vienen sembrando el terror por el mundo y pretenden hacer cabeceras de playa en nuestro Continente para seguir apropiándose de los recursos naturales y en especial el agua. Ya tienen una base operando en la localidad de Gral. Estigarribia de Paraguay. 
Vemos muchos “Riveros” en las plazas del país acompañando la política Nacional de Derechos Humanos, en las fábricas recuperadas por sus trabajadores y el Estado; muchos “Riveros” frenando el atropello de los poderosos, de algunas Mineras que usurpan nuestro patrimonio. Y Rivero se “americaniza” en la causa Malvinas con la solidaridad y acciones concretas de la Unasur. Se “americaniza” en el ALBA, en los rostros de los Pueblos libres de la América profunda, en los que sostienen la bandera de la Liberación. En los que luchan por una Patria, Justa, Libre y Soberana.
El Gaucho Rivero; hoy, más vigente que nunca.


Operación Cóndor (1966) (Marzo 2012)
En estos días en que se está reforzando en el gobierno nacional y en los países suramericanos, la reivindicación de nuestros derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, quiero traer a la memoria una gesta que ha quedado en el olvido, casi como no existente, protagonizada hace un poco más de 45 años por jóvenes argentinos.
El miércoles 28 de setiembre de 1966, aproximadamente a las seis de la mañana, un grupo de 18 jóvenes, entre los que había una mujer, tomaron el control del vuelo 648 de Aerolíneas Argentinas que había despegado la noche anterior desde el aeroparque Jorge Newbery con rumbo a Río Gallegos. Así fue el inicio del “Operativo Cóndor”.
Comandaba el mismo un joven de 25 años, periodista y afiliado a la Unión Obrera Metalúrgica, su nombre Dardo Cabo (Lito), lo secundaba Alejandro Giovenco de 21 años y la tercera al mando del grupo era la periodista y dramaturga María Cristina Verrier de 27 años, hija de César Verrier quien había sido juez de la Suprema Corte de Justicia y funcionario de Arturo Frondizi (1958-1961); sobrina de Roberto Verrier, ministro de Economía durante tres meses de 1957 en tiempos de la “revolución fusiladora”.
Desde tres meses antes el general Juan Carlos Onganía usurpaba la presidencia de la Nación en nombre de una autodenominada “revolución argentina”. El presidente Arturo U. Illía había sido desalojado de la Casa Rosada por un pelotón de la Policía Federal noventa días antes.
Totalmente ajeno a lo que estaba sucediendo en el archipiélago del sur, el general Onganía en esa mañana del 28 de setiembre, se encontraba muy preocupado en la preparación del partido de polo que jugaría con Felipe de Edimburgo, el príncipe consorte inglés, quien se encontraba de visita en Buenos Aires, ¡vaya paradoja la del jefe de la “revolución argentina”!
Era gobernador de las Islas Sir Cosmo Dugal Patrick, quien ese día no se encontraba en el archipiélago, siendo suplantado por el vicegobernador.
“El Cóndor” toca el suelo de nuestras Islas Malvinas.
Puerto Stanley (Puerto Argentino), no tenía pista de aterrizaje y el Douglas DC-4 realiza su aterrizaje en una pista embarrada de carreras cuadreras, que no soporta su peso y se enterró quedando muy alejado de la casa del gobernador, objetivo que el comando tenía previsto tomar y divulgar una proclama radial que debería ser escuchada en Argentina, cosa que no se pudo cumplir, eran las 8:42 de la mañana.
Un radioaficionado, Anthony Hardy, fue quien primero divulgó la noticia que conmovió a millones de argentinos, siendo recibida su emisión en Trelew, Punta Arenas y Río Gallegos, desde esas ciudades se desparramó por Buenos Aires y el resto del país. Habían pasado 133 años desde la última presencia oficial argentina en las Islas Malvinas.
Al descender del avión, los jóvenes desplegaron siete banderas argentinas.
La nave fue rodeada por vehículos, isleños y soldados armados, caía una persistente lluvia, los comandos bautizaron el lugar como “Aeropuerto Antonio Rivero”.
Rodolfo Roel, sacerdote católico de las islas, intermedió para que los restantes pasajeros se alojaran en casas de kelpers, mientras los “Cóndores” permanecían en el avión. Entre los pasajeros se encontraba Héctor Ricardo García, director del diario Crónica y de la revista Así. Dardo Cabo, ya cayendo la tarde, solicitó al padre Roel que celebrara una misa en la nave y luego los 18 jóvenes entonaron las estrofas de nuestro Himno Nacional. Formados frente a un mástil con una bandera argentina a la mañana siguiente, cantaron nuevamente el Himno y entregaron las armas al comandante Fernández García, que fue la única autoridad que reconocieron. Detenidos con fuerte custodia inglesa, fueron alojados durante 48 horas en la parroquia católica.
El sábado al mediodía el buque argentino Bahía Buen Suceso recogió a los 18 jóvenes, la tripulación del avión y los pasajeros para llevarlos rumbo al sur argentino, llegando el lunes a la madrugada.
Los jóvenes peronistas fueron detenidos en las jefaturas de la Policía Federal de Ushuaia y Río Grande, en el territorio nacional de Tierra del Fuego. Interrogados por un juez, se limitaron a responder: “Fui a Malvinas a reafirmar nuestra soberanía”, el general Onganía estaría comentando su partido de polo con el príncipe consorte inglés.
Los integrantes del comando fueron enjuiciados el 22 de noviembre en Bahía Blanca. Los cargos fueron: privación de la libertad, tenencia de armas de guerra, delitos que comprometen la paz y la dignidad de la Nación, asociación ilícita, intimidación pública, robo calificado en despoblado y piratería. De esta manera fueron tratados por la dictadura de Onganía este grupo de patriotas, a quienes el jefe de la “revolución argentina” (¿?) definió como “facciosos”.

Fuente: www.lagazeta.com.ar

Los “Cóndores”
Dardo Manuel Cabo (25), Alejandro Armando Giovenco (21), Juan Carlos Rodríguez (31), Pedro Tursi (29), Aldo Omar Ramírez (18), Edgardo Jesús Salcedo (24), Ramón Adolfo Sánchez (27), María Cristina Verrier (27), Edelmiro Ramón Navarro, (27), Andrés Ramón Castillo (23), Juan Carlos Bovo (21), Víctor Chazarreta (32), Pedro Bernardini (28), Fernando José Aguirre (20), Fernando Lizardo (20), Luis Francisco Capara (20), Ricardo Alfredo Ahe (20) y Norberto Eduardo Karasierwicz (20).

EL PENSAMIENTO VIVO DEL GRAL. MOSCONI  (Enero-Febrero 2012)
Petróleo e independencia económica.
 

Hoy quiero rescatar desde este Fogón, a un hombre que mucho tuvo que ver con la independencia económica de nuestro país. Desde la coyuntura de su accionar podemos decir que prolongó la acción emancipadora del Libertador Gral. San Martín.
Debemos valorar el esfuerzo patriótico que representa su obra por levantar YPF. Decía que la clave para conquistar la independencia económica del país radicaba en el auto-abastecimiento petrolífero.
“Su infatigable lucha en contra de los monopolios extranjeros que transfieren grandes capitales para comprar voluntades y gobiernos, con el fin de acaparar nuestra riqueza y someternos, debe darnos la fuerza necesaria para hoy interrumpir el proceso de explotación y expropiación que se está ejecutando en Argentina.”
La introducción a su libro “EL PETRÓLEO ARGENTINO” (1929), reza: “A la juventud de Latino América, en la esperanza de que recoja y haga germinar y florecer algunas de las ideas que esta obra contiene en bien de un mayor progreso y ventura de nuestra América… La juventud de hoy, generación que ha de regir mañana los destinos de nuestra América… Ordenar, mantener una vida sencilla y austera de acuerdo con las circunstancias es la mejor garantía de éxito para realizar tareas innovadoras y para cruzar sin manchas el fangal de los intereses creados”.
Enrique Mosconi nació en Buenos Aires el 21 de febrero de 1877, siendo su padre el ingeniero Enrique Mosconi y su madre doña María Juana Canavery. Ingresa al Colegio Militar de la Nación el 26 de mayo de 1891, graduándose de subteniente de infantería con diploma de honor el 20 de noviembre de 1894.
Tuvo una brillante carrera militar, perfeccionándose en distintos países europeos. El 16 de marzo de 1920 fue nombrado Director de Aeronáutica, fundando el Grupo 1º de Aviación, dándole un importante impulso al arma.
El 16 de octubre de 1922 fue designado Director General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. En los ocho años de actuación en la misma dedicó todos sus esfuerzos a incrementar la actividad, dándole forma y estructura para el mejor servicio a los intereses del país. Se retira de YPF el 9 de setiembre de 1930.
Entre los años 1931 y 1932, estudia en Italia la Aeronáutica de ese país.
Se retira del Ejército con el grado de General de División el 31 de diciembre de 1933.
Luego de padecer una larga enfermedad fallece el 4 de junio de 1940.
Considero muy oportuno transcribir algunas frases extraídas de su gran obra, escrita en 1929, “El Petróleo Argentino”, donde podemos encontrar la premonitoria actualidad que contienen las mismas.
“YPF CONTRA LA AMBICIÓN CAPITALISTA: La Dirección General de YPF ha debido en muchos casos comprimir y hasta abatir intereses privados, pero ello ha sido inevitable, pues no concordaban con los propósitos de nacionalismo económico y de bien público en que estábamos empeñado ni armonizaba con los supremos intereses de la nación. 
EL PROCESO OPRESOR DE LOS CAPITALES: En nuestro país el proceso de enajenación de nuestro petróleo ha comenzado con las mismas etapas que en otras partes. Primero la penetración sonriente; luego la consolidación cuidadosa; después, la imposición insolente.....
COMPAÑÍAS EXTRANJERAS: No son hombres y capitales con semejantes características los que propenderán a la felicidad de los habitantes de la Nación de que habla nuestra liberal Carta Magna; por el contrario, con ellos empieza a germinar en el país futuras y no muy lejanas perturbaciones económicas y políticas. Por ello considero perjudicial el predominio que pretenden y la ingerencia que se quiere otorgar a las compañías extranjeras.
LAS PÁGINAS DE LOS YACIMIENTOS FISCALES: La organización integral de la industria petrolífera del estado constituye una hermosa página, escrita con hechos en la histórica económica del país
PETRÓLEO Y GUERRA: ‘Los gritos de angustia de esta guerra larga y mortífera ha sido: ¡petróleo, siempre petróleo!’
Tales invocaciones han quedado fuertemente impresas en la memoria de quienes persiguen la conquista de los Yacimientos Petrolíferos. Los trusts ingleses y Norteamericanos van a redoblar su actividad y acentuar su competencia."
Hoy los argentinos tenemos la oportunidad histórica de rescatar el pensamiento vivo del Gral. Enrique Mosconi y recuperar nuevamente la independencia económica, la que nos fue arrebatada por los distintos gobiernos, tanto de-facto como democráticos, que contribuyeron a la entrega de nuestro suelo patrio.
Fuente: UN ARGENTINO LLAMADO MOSCONI – Sandra Pien

JOHN WILLIAM COOKE (Diciembre 2011)
Homenaje a un revolucionario.
“Por la presente autorizo al compañero DR. J.W. Cooke, actualmente preso por cumplir con su deber de peronista, para que asuma mi representación en todo acto o acción política. En ese concepto su decisión será mi decisión y su palabra la mía. En él reconozco al único jefe que tiene mi mandato para presidir a la totalidad de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero y, sus decisiones tienen el mismo valor que las mías. En caso de mi fallecimiento, delego en el Dr. D. John William Cooke el mando del Movimiento.” (Caracas, 2 de Noviembre de 1956. Perón).
¿Quién era este hombre para que el General desde el exilio le confiriese semejante compromiso y responsabilidades?
Había nacido en La Plata el 14 de noviembre de 1919. Es uno de los miles de jóvenes que se suman a la Causa Nacional en las jornadas del 45´ y como intelectual (fue abogado y profesor universitario) aportará su capacidad para construir las bases del Movimiento Peronista.
Con tan solo 25 años de edad es electo Diputado Nacional en 1946. Su ardua labor parlamentaria está plasmada en la impecable recopilación que ha hecho el actual secretario de DDHH de la Nación, el Dr E. Luis Duhalde, lo mismo que sus cartas con Perón, artículos, libros y escritos que  Editorial Colihue nos ofrece para su lectura, la cual recomiendo.
Su postura será una constante en la lucha por la liberación, y será de carácter anticapitalista y antiimperialista. Funda y dirige la revista De Frente, en cuyas páginas se expresa la profundidad de su pensamiento.
El golpe de la “fusiladora” lo sorprende siendo interventor del Partido Peronista de Capital Federal, y es llevado como prisionero, junto a otros compañeros, al penal de Río Gallegos, de donde logra escapar al poco tiempo. Es, desde el exilio en Chile y Uruguay, uno de los líderes de la Resistencia Peronista y encarna la figura del revolucionario, que contrasta en la actualidad con algunos “dirigentes” de pacotilla que se enquistaron en el Justicialismo. Basta mirar al P.J. cordobés como muestra.
A mediados de 1958, junto a Aparicio Suarez, un militar que había participado del levantamiento de Valle, lanzan “Uturuncos”, que fue la primera experiencia de guerrilla rural en el país. Los miembros de este grupo comienzan a utilizar brazaletes con la sigla MPL (Movimiento Peronista de Liberación).
En 1960 lo vemos en Cuba defendiendo los intereses de la Revolución, y es uno de los combatientes argentinos en Playa Girón, cuando los Yanquis trataron en vano de doblar el brazo de la voluntad de ese Pueblo maravilloso el 17 de abril de 1961.
Organiza las acciones en contra de la dictadura engrosando la lista de los compañeros que ponen “caños”, realizan sabotajes, huelgas, acciones guerrilleras y todo lo que está a su alcance para derrotar a la oligarquía enquistada en el poder.
Quiero destacar también, que el “Bebé” Cooke tuvo una compañera fiel a su lado hasta las últimas consecuencias: Fue Alicia Euguren,  desaparecida por un comando de la ESMA en 1977.
Pero el cáncer, ese flagelo que se llevó la vida de Evita, y hoy azota como plaga del demonio sobre algunos Presidentes de Latinoamérica, fue el causante de la muerte de este revolucionario peronista, partiendo un 19 de setiembre de 1968 a los 49 años de edad. Pocas personas pudieron acompañar sus restos a la Chacarita debido a la persecución del Régimen.
Revisando un cuaderno de formación política que la organización “Peronismo 26 de Julio” edita para la formación de cuadros, saqué una frase de Cooke que me pareció clave para los militantes actuales, y que nos invita a comprometernos con los proyectos de avance de los Movimientos Nacionales en nuestro continente: “Cuando culmine el proceso revolucionario argentino, se iluminará el aporte de cada episodio y ningún esfuerzo será en vano, ningún sacrificio estéril y el éxito final redimirá todas las frustraciones.”
Este sencillo homenaje quiero hacerlo extensivo a los que no claudicaron, a los que siguen levantando bien alto las banderas de la Liberación Nacional, a los que se comprometen día a día en construir una Nación soberana, que ya ha empezado a caminar hacia el futuro con la frente en alto. Está en nosotros afianzarla y profundizarla. 


CHE COMANDANTE (Octubre-Noviembre 2011)
El 8 de octubre de 1967 caía en Bolivia el Comandante Guevara, cercado por el ejército y la CIA norteamericana. Solo quedaba un puñado de valientes que pretendían liberar esta parte del continente. Habían sido traicionados por el Partido Comunista Boliviano, que junto a su dirigente, el sr. Monje, prefirió la revolución de café como una constante que se repetía lamentablemente en casi toda América.  Aquí, en nuestro país, cuando las masas trabajadoras irrumpían a la escena política, apoyaron al embajador yankie, Mr. Braden; avalaron los bombardeos al pueblo en Plaza de Mayo y el derrocamiento del gobierno democrático en 1955. Ese mismo P.C. que brindó el golpe del 76, y que expulsó de sus filas a los seguidores del Che. Se lo reivindica como humanista e idealista abstracto, convirtiéndolo en un poster decorativo. No pretendo reivindicar la vigencia de una lucha armada hoy en nuestro país, sino destacar que los homenajes deben ser militantes y de quienes sostienen que la liberación de los pueblos se hace con los pueblos, y en Argentina ese pueblo tiene una línea histórica que va desde los caudillos federales, Yrigoyen y Perón, en lo que denominamos el Movimiento Nacional. Hoy se percibe en el proyecto de Néstor y Cristina, y que trasciende los nombres.
Revisando papeles, encontré una edición de la revista “Jotapé” de los años 80, y allí aparece un reportaje a Sebastián Borro, que en 1963 es enviado por Perón a Cuba para entrevistar a Ernesto Guevara. Nos relata, entre tantas cosas que primero el Che comenzó a “chucear” diciendo que el peronismo no era revolucionario. Lo hacía para tantear al interlocutor, que como peronista le comentó al Comandante que la lucha del pueblo argentino es por la liberación, que tiene muertos, perseguidos, y resiste con todo lo que tiene a su alcance para luchar contra la dictadura avalada por el imperialismo. El Che, en un gesto de reconocimiento a Perón, le envía un libro de su autoría: “Guerra de Guerrilla”, y lo firma de la siguiente manera: “un ex opositor evolucionado, con todo cariño a Juan Domingo Perón”. Y sostenía que “en Argentina la revolución pasa por el peronismo, pues las masas populares adhieren a dicho movimiento.”
Quiero insistir con este acercamiento del Che y Perón, pues los que falsean la historia desarman el cuerpo místico del pueblo. Colocan a Evita alejada del amor de su vida, cuando no hay más lealtad y fervor hacia el General que el de ella. Simplemente pretendo ubicar en su cauce los personajes que en octubre toman relevancia en la agenda popular. El Che, Perón, Evita, la Revolución del 17 de Octubre de 1945, todo se emparenta a la lucha de los pueblos.
Cuando cae en la selva boliviana el Comandante, desde el exilio, el General Perón envía una carta al Movimiento en el país: …“Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento… Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar los jóvenes de toda América Latina… El peronismo, consecuente con su tradición y su lucha, como movimiento nacional, popular y revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica”.


LA EVOLUCIÓN NO PUEDE DETENERSE (Setiembre 2011)
La evolución no puede detenerse, solo algunos pueden aminorar su velocidad y retrasar el movimiento ascendente de la humanidad hacia su liberación. La hora de los pueblos ha de llegar irremediablemente le pese a quien le pese.
Escuchaba el discurso de Duhalde al dar la cara tras la derrota aplastante que sufriera en las pasadas elecciones primarias por parte de Cristina Fernández de Kirchner, quien en representación de los sectores mayoritarios del país ponía nuevamente en desconcierto a los pregoneros del caos. Y en ese discurso anacrónico de Don Eduardo, se vieron reflejadas las consignas que en el 73 dijeran los mismos farsantes de la denominada derecha peronista, que tras infiltrarse en el Movimiento Nacional desacreditaron la figura del entonces presidente Cámpora  y toda la tendencia revolucionaria que iba a poner a la Argentina en la senda de la liberación.
Dijo el “Miliky” de Lómas de Zamora que:  “Los grupos que siguen al kirchnerismo, son agrupaciones subversivas”…y tras la sonrisa que escondía la paliza que el pueblo le pegó tuvo la caradurez de decir que había que esperar a estar dormidos para que la tendencia se revirtiera. Se refirió en su perorata a las falacias que dijeran sus pares en la década del setenta.
Las patotas que en aquella época tenían el cassette grabado del “lopezreguismo” pudieron con su accionar demorar el cauce histórico del pueblo argentino, y se sumaron al golpe colaborando en la represión, secuestro, tortura y desaparición de miles de compañeras y compañeros que luchaban por una Patria Liberada, pero tras 30 años, vuelve a resurgir aquella esperanza de lo que llamamos la “primavera camporista”. Allí quedó trunco el camino. Hoy, con otros aires y coyunturas, está reflotando desde los recónditos lugares de nuestro suelo.
Sr. Duhalde:
Es fácil decir que Cristina ganó por los planes sociales, o por el fútbol para todos, o las demás estupideces que repiten los que no saben  analizar el curso de la historia. 
A Perón y a Evita los trataron de demagogos, incluso la izquierda boba lo tildó al General de “nazi-fascista-nipón-falangista”, sin darse cuenta que el subsuelo de la Patria y los obreros mojaban sus patas en las fuentes para terror de las “damas” de la oligarquía apoyando a su líder.
La bronca de muchos opositores es que a pesar de contar con la mayoría de los medios a su favor, no pudieron doblegar la voluntad popular en las urnas. A pesar de las ironías punzantes de Mario Pereyra, de la cara de circunstancia de Clariá, de los comentarios de caos de Pablito Rossi, a pesar de la voz de los “radiomitristas”, de la cara de traste de Biasatti, de los augurios catastróficos de Nelson Castro, de las predicciones de Lilita, y de toda la mar en coche.
Las mayorías argentinas no quisieron  hipotecar su futuro. Y volviendo al discurso de Duhalde, no podemos quedarnos con los brazos cruzados, ya que como en los setenta, volverían a hacer lo mismo. Al no poder ganar con los votos, están deseosos que vuelvan las botas. Hoy, como ayer, debemos sostener la democracia y el gobierno elegido libremente por el Pueblo.
Sr Duhalde:
NUNCA MÁS.


OBISPO CARLOS PONCE DE LEÓN (Agosto 2011)
Los Ingenios Ledesma se vuelven a teñir de sangre. Una vez más, la sangre de los sin voz, de los sin tierra, de los campesinos, la sangre de los pobres, vuelve a regar la tierra jujeña, mientras del otro lado, la policía se ensaña en prácticas represivas que nunca deja, y sigue siendo gendarme de los poderosos. Seguramente muchos de ellos, policías y terratenientes,  compartirán en el altar de la Misa el cuerpo y la sangre del Señor, ante la mirada cómplice de la curia oficial, que hablarán de los sufrimientos que hay que padecer con sumisión, para ganar el Cielo.
Ese silencio cómplice de la Iglesia Católica y romana, o por lo menos de una gran mayoría de prelados, sacerdotes, religiosas y laicos que se estancan en las sacristías, y que desde que se desviaron del Evangelio en el siglo IV cuando dejó de ser perseguida para perseguir, ese silencio ante la sangre derramada de los pobres no es nada nuevo. También calló cuando asesinaron al Obispo Angelelli, a los curas Palotinos, al padre Mugica, y a tantos miles de mártires que durante la última dictadura “cívico-clerigo-militar” ofrendaron su vida por Jesús.
Uno de aquellos mártires de la Fe, ultimado por las patotas maricas del Proceso, fue Monseñor Carlos Horacio Ponce de León.
Había nacido en Navarro, provincia de Bs. As. el 17 de marzo de 1914. Se ordena de sacerdote en 1938. El Papa Pablo VI lo consagra obispo en el año 1962 y en 1966 es nombrado Obispo Titular de la Diócesis de San Nicolás de los Arroyos.
Ferviente cristiano se pone a disposición de los fieles y trabaja incansablemente. Funda la Escuela Diocesana de Servicio Social, Cáritas Diocesanas, 16 parroquias, hogares de niños, movimientos juveniles, donde se formaban futuros militantes político-sociales, con un fuerte compromiso con los más necesitados. Allí donde hubiese una carencia, debían estar los cristianos. Evidentemente que el modelo de Iglesia que profesaba dista mucho de la Iglesia farisea armada para el poder.
En la época que le tocó transitar se había dado un cambio profundo en el seno mismo de la Iglesia. El Concilio Vaticano II renovaba el aire evangélico a tantos siglos de “cristiandad” apóstata, una cristiandad que había organizado las Cruzadas, el exterminio de América, la quema en las hogueras con la Inquisición. El Concilio era como un viento soplado por el mismo Espíritu Santo. De allí surgiría en nuestro Continente los Documentos Finales de Medellín, en donde los  religiosos de Latinoamérica se ponían a la vanguardia de la Liberación de los oprimidos.
Ponce de León pertenecía a esa Iglesia, la de los pobres, era la clase de católicos que se comprometen con la lucha de los pueblos, y se puso a disposición de los detenidos por la dictadura, ayudó a sus familiares y se disponía a investigar el asesinato de su par, el Obispo Angelelli y los Palotinos.  Vaya paradoja, el regimiento en el que se planificó el crimen fue cedido en comodato a la Iglesia.
El 11 de julio de 1977 se disponía viajar a visitar a un seminarista amigo que estaba enfermo en un sanatorio de Bs. As., además llevaba una carpeta para la Nunciatura Apostólica con datos sobre secuestros y torturas en San Nicolás y Villa Constitución. Salió acompañado por el laico Víctor Oscar Martínez, de 19 años que cumplía el servicio  militar en San Nicolás y que además era su hijo adoptivo.  A las 6,40 de la madrugada, el Renault 4 del Obispado fue embestido por una pick-up en la ruta 9. Lo atienden en Ramallo, y luego lo trasladan a la clínica de su ciudad pastoral en un coma profundo, con fractura y hundimiento de cráneo, según fuente policial.
No quedó archivada en ninguna dependencia su historia clínica. Toda la documentación que llevaba desapareció, ni se realizó un peritaje, ni hay certificado médico de defunción. Sus colaboradores más cercanos fueron amenazados para que abandonaran la pastoral con los obreros de la zona. Ponce de León fue reemplazado por el obispo Justo Laguna, quien no continuó la línea comprometida y tuvo la misión de desarticular todo lo que él había realizado. Pareciera que los culpables de dichos crímenes nunca serán encontrados, pero la Justicia, tarde o temprano llega.
En el 2007, el grupo de rock Vox Dei homenajeó al obispo mártir interpretando en un recital todo el álbum “La Biblia”, y recordando que en las Misas de Ponce de León se cantaban dichas canciones, que forman parte de la mística de una generación de hombres y mujeres comprometidos con la dignidad humana.
Ponce de León se encuentra en la ruta de los justos, de los que luchan por una Iglesia de los pobres, alejada de los lujos y la hipocresía de Roma, y más cerca de Dios. 


GUAYAQUIL ¿encuentro o desencuentro? (Julio 2011)
Simón Bolívar inicia la carta al General Santander, vicepresidente de Colombia, dando conocimiento de la entrevista que mantuviera con San Martín los días 26 y 27 de julio de 1822.
“Antes de ayer por la noche partió de aquí el general San Martín, después de una visita de treinta y seis o cuarenta horas; se la puede llamar visita propiamente, porque no hemos hecho más que abrazarnos, conversar y despedirnos.”
El primer día de la entrevista hablaron a recinto cerrado una hora y media, y al día siguiente, de igual modo, lo hicieron desde la una de la tarde hasta las cinco.
Bolívar tenía un concepto vago de su par, y San Martín en una misiva a su amigo O´Higgins le dice al respecto: “…el Libertador no es como nos pensábamos.” Y a su camarada Guido le afirma sin rodeos: “Bolívar y yo no cabemos en el Perú. He penetrado sus miras; he comprendido su disgusto por la gloria que pudiera caberme en la terminación de la campaña”.
Si nos alejamos de la interpretación acartonada que muchos historiadores nacionalistas nos reflejan, podemos afirmar que más allá de las personalidades de los dos líderes y el aprecio que ambos se tenían, no podemos restar importancia al papel que jugaron en la liberación de nuestro continente. Este desencuentro de Guayaquil, en aquellas horas cruciales, nos muestra a los héroes de carne y hueso, alejándolos del bronce quietista en que los pusieron los falsificadores de nuestra historiografía. Ellos serán más grandes cuanto más los humanicemos.
El hermetismo que se llevaron a la tumba sobre lo abordado en las conversaciones, se puede dilucidar muy efímeramente con los comportamientos que ambos efectuaron meses después. San Martín, en setiembre de aquel año, deja constituido el Congreso General del Perú y se desprende de la banda roja y blanca de Protector dejando el mando sin posibilidades de reelección. Poco después se iba para siempre de la tierra incaica.
Don José no se encontraba enfermo de gravedad, ni tenía motivos aparentes para retirarse abruptamente de la escena política y militar. Esto tejió las más disparatadas historias de la entrevista de Guayaquil. Algunos decían que se retiraba por tener menos tropas que Bolívar, otros que ante la supuesta coronación al final de la lucha con el español se disputarían a capa y espada el puesto de emperadores de América, y tantas afirmaciones producto del ostracismo reinante en las voces de los libertadores.
Otra misiva de años posteriores, en este caso al mariscal Castilla, le dice: “Si algún servicio tiene que agradecerme la América, es el de mi retirada de Lima, paso que… comprometía mi honor y reputación…Pero este costoso sacrificio y el no pequeño de tener que guardar un silencio absoluto (tan necesario en aquellas circunstancias) por los motivos que me obligaron a dar este paso, son esfuerzos que Ud. podrá calcular y que no está al alcance de todos el poder apreciarlos.” El general Guido, subordinado y amigo de San Martín le dijo en forma enérgica al enterarse de la decisión tomada por su jefe: “Jamás perdonaré a Usted su retirada del Perú, y la historia se verá en trabajos para cohonestar este paso…” Y vaya complicación para el trabajo de los investigadores en buscar el porque del asunto.
Pero indagando en los archivos nos aparece otra carta al mariscal Castilla, veinte años después de los acontecimientos: “Mi entrevista en Guayaquil con el general Bolívar me convenció, no obstante sus promesas, que el solo obstáculo de su venida al Perú con el ejército de su mando, no era otro que la presencia del general San Martín, a pesar de la sinceridad con que le ofrecí ponerme a sus órdenes, con todas las fuerzas de que yo disponía.” Los historiadores bolivarianos niegan esto y que San Martín no pidió nada a Bolívar en la entrevista. He aquí la disputa de la verdad entre las dos tendencias historiográficas al sur y al norte de Sudamérica.
Guayaquil, a mi entender, pudo ser el mismo factor del desencuentro. Bolívar pretendía anexarlo a la Gran Colombia, y de hecho, antes de la entrevista lo había ocupado con sus tropas; y San Martín proponía que los mismos habitantes decidieran su destino aunque este fuera el de una nación propia. Los hechos posteriores demostraron que tenía razón en esto último, ya que en 1830, la región rompe con la Gran Colombia, creándose la República de Ecuador. Otro de los puntos, quizá, sea la forma de gobierno que los dos próceres sostenían. San Martín no era partidario de una república, ya que la consideraba anárquica, y proponía el modelo de monarquía, que su compañero de causa no aceptaba ni consideraba propicio para América. Hablaron de conformar  Estados federados sobre límites entre Colombia y Perú. Ya se había firmado veinte días antes de la entrevista un tratado entre ambos estados sobre la confederación. San Martín parte hacia Guayaquil para solicitar ayuda militar para terminar la lucha en territorio de Perú y aplicar el tratado firmado a escasos días de ayuda mutua entre la República de Colombia y el Estado del Perú. Le escribe a O' Higgins: “…me voy a embarcar para tener una entrevista con el general Bolívar a tratar la terminación de la campaña.” Evidentemente San Martín se volvió con las manos vacías y con tan solo 1.070 hombres colombianos (tres batallones), insuficientes para terminar la guerra.
Los dos jefes prometieron guardar un silencio absoluto de lo conversado a puertas cerradas. Quizá para prevenir que espías españoles se enteraran de lo dicho. En una carta a Santander, Bolívar le dice que no le comunicó antes algunos detalles: “…porque me parecieron muy graves para que pasaran por las manos de los dependientes y secretarios; bien que el mismo sentimiento tengo con respecto a otras especies de nuestra conversación.”
Para concluir podemos ver que no hubo en Guayaquil disputas por las formas de gobierno, ni de cómo organizar las naciones luego de echar a los realistas; pero si podemos afirmar a la luz de los acontecimientos, que no se pusieron de acuerdo en el apoyo militar según el Tratado firmado días antes, y en que los efectivos de que disponía Bolívar no eran suficientes para derrotar a los españoles que quedaban en Perú, hecho que marcó el alejamiento de San Martín. A su regreso a Lima se encontró con la tropa sublevada y un clima de revolución en las calles, que para no reprimir, decide dejar el mando. Se traslada a Mendoza y su retiro sorprende a Bolívar que demora más de un año en bajar a terminar la guerra en el Perú.
En Guayaquil se abrazaron dos hombres, no dos estatuas de bronce. Sus reacciones posteriores fueron netamente humanas y las desinteligencias no se hicieron esperar. A pesar de ello el respeto fue mutuo. De hecho, el primer acto de Bolívar cuando entró a Lima un año después, fue alzar la copa por el general San Martín. Dos hombres dignos de ser imitados. Dos personalidades que llevan bien puesto el signo de Libertadores de América. 


LEOPOLDO MARECHAL (Junio 2011)
El 11 de junio de 1900 nacía en el barrio porteño de Almagro, quien sería una de las plumas del campo nacional y popular, que en la Argentina le pese a quien le pese, es el peronismo.
Desde pequeño, cada verano visitaba en Maipú a su tío del campo, Francisco Mujica, momentos que evocará con nostalgia diciendo que eran los más felices de su vida, y que retratará en varios de sus poemas tempranos. Los paisanos, sin saberlo, le habían dado la clave del nombre de su personaje de la primera novela. Cuando lo veían llegar con su tío, decían: “Ahí viene Mujica con el pequeño Buenos Aires”.
Luego de terminada la primaria debe trabajar, ya que por su edad no se le permitía ingresar al segundo siclo de acuerdo a la ley de la época, y siendo consecuente con su pensamiento arma un alboroto en la fábrica pidiendo mejoras de salario. A la calle.
En 1916 ingresa a la escuela secundaria Mariano Acosta, de la cual será docente desde 1920 hasta 1955.
Marechal era el hijo mayor y lo seguían dos hermanos, Hortensia y Alberto, y como progenitor se debe hacer cargo de la familia tras la muerte repentina de su padre en 1918. Trabaja de maestro particular y en la Biblioteca de Villa Crespo. En 1922 publica el primer libro de poemas “Los Aguiluchos”. Desde niño siempre le gustaba alternar partidos de futbol con sus poemas. Se va a vincular con escritores que marcaban una tendencia de cambio en la literatura. Amigos de la revista “Proa” y el grupo literario llamado “Martín Fierro” serán de renombre en la literatura: Oliverio Girondo, Raúl González Tuñon, Jorge Luis Borges, Ricardo Güiraldes, Macedonio Fernández, Ricardo Molinari entre otros. En ese entorno edita “Días como flechas” en 1926.
Con la ayuda de sus hermanos y madre emprende un viaje a Europa que le marcará para siempre y evocará en “Adán Buenosayres”. En España se relaciona con Ortega y Gasset. En Francia visita al llamado “Grupo de París”. Uno de ellos fue el talentoso Pablo Picasso.
De regreso al país retorna a la tarea docente y es redactor fundador en el diario “El Mundo”, cargo que ocupará hasta 1929. Ya planifica un segundo viaje al Viejo continente, y previo al mismo publica “Odas para el hombre y la mujer”. Se queda en París hasta el año 1931, y va diagramando los primeros bocetos de su primera novela “Adán Buenosayres”, que logrará publicarla en 1948.
Vienen los años felices para el Pueblo, y Marechal no será ajeno a los cambios revolucionarios que se estaban viviendo en el país. En 1943 lo designan Presidente del Consejo General de Escuelas de Santa Fe, que lo ocupará por un año. En ese transcurso publica “Vida de Santa Rosa de Lima”. En 1945 es nombrado Director de Cultura de la Nación, y luego, en 1947 se desempeñará como Director Nacional de Enseñanza Artística, hasta el fatídico golpe de 1955. Pareciera ser que tanto las derechas e izquierdas argentinas no podían visualizar la revolución cultural y los hombres de letras que el peronismo gestaba, y solo, en su odio visceral a las masas veían en el peronismo la encarnación de la barbarie. Otro intelectual que adhirió al Movimiento Nacional fue don Arturo Jauretche, que decía que la madre de todas las zonceras que vociferaban los enemigos del pueblo, era la antinomia sarmientina de “Civilización y Barbarie”. Por supuesto que la oligarquía de izquierda y derecha eran la civilización, y los obreros peronistas los bárbaros e incultos, “el aluvión zoológico”.
En 1947 fallece su esposa, y se queda solo con sus dos pequeñas hijas: María Magdalena y María de los Ángeles. Ese trance lo recluye como vía de escape a la literatura, y publica al año siguiente “Adán Buenosayres”. Conoce en 1950 a Elbia Rosbaco, una profesora de letras, con quien al poco tiempo comienza a convivir, provocando un distanciamiento con sus hijas. En 1951 se estrena su obra de teatro “Antígona Vélez” con la cual obtendrá el Primer Premio Nacional del género.
Al caer Perón se tiñe de sombra el anhelo de los trabajadores y Marechal, como millones será proscripto. Parecería que sus obras iban a pasar al olvido, y su ostracismo lo recluye a su hogar viendo muy poco a sus amigos. Se llama a sí mismo “el poeta depuesto”.
En 1965 publica su segunda novela: “El banquete de Severo Arcángelo”. El la definía así: “Es una novela de aventuras, se dirige no a los niños en tránsito hacia el hombre, sino a los hombres en tránsito hacia el niño, por autodestrucción simplificadora”. Recibe el premio FotiGlori.
Sigue publicando poemas y libros, y en 1967 es invitado a Cuba a la Casa de las Américas como jurado. Sigue publicando: “Autopsia de Creso”, “Poema de Robot”, etc.
Un 26 de junio de 1970 un síncope apaga la vida del escritor. Estaba en imprenta su tercera novela “Megafón o la guerra”, y una inconclusa: “El empresario del caos”.
“El hombre, por el solo hecho de nacer, está comprometido, y también, el no compromiso es una manera de comprometerse.¿Saben ustedes que durante una tormenta el león da la cara al viento para que su pelambre no se desordene? Yo hago lo mismo: doy la cara a todos los problemas. Es la mejor manera de permanecer peinado” 


PALABRAS CON MUJICA (Mayo 2011)
El 11 de mayo de 1974, una ráfaga de ametralladora acabó con la vida del padre Carlos Mujica. Tenía cuarenta y cuatro años y quince de sacerdote durante los cuales se había dedicado a los más pobres, convencido de que ellos eran los preferidos de Dios. Hijo de una familia acomodada, tomó el difícil camino de convertirse en un signo de contradicción.
Tras el golpe del 55 manifestó: “La gente del conventillo me conocía bien, yo había intimado bastante con ella durante todo ese tiempo. Sin embargo, para mí, lo que vi escrito fue un golpe: esa noche fue el momento decisivo de mi vida. En la casa encontré a la gente aplastada con una gran tristeza. Yo era un miembro de la Iglesia, y ellos le atribuían a la Iglesia parte de la responsabilidad de la caída de Perón. Me sentí bastante incómodo, aunque no me dijeron nada. Cuando salí a la calle, aspiré en el barrio la tristeza. La gente humilde estaba de duelo por la caída de Perón.”
Ramus y Abal Medina, jefes montoneros, fueron muertos en el enfrentamiento de William Morris del 7 de setiembre de 1970, Carlos Mujica pronunció el sermón de la misa que se celebró por ellos en la parroquia de San Francisco Solano de la Capital Federal: “No podía sino pronunciar unas palabras de despedida para quienes fueron mis hermanos Carlos Gustavo y Fernando Luis, quienes eligieron es camino más duro y difícil por la causa de la dignidad del hombre. No podemos seguir con indefinición y miedo, sin comprometernos. Fueron fieles a Cristo, tuvieron un amor concreto y real por los que sufren. Queremos estar junto a ellos, no basta que vengamos a orar. Cada uno debe comprometerse en la causa por la justicia para que nadie se sienta paria en la Argentina. Tenemos que luchar para alcanzar la sociedad justa y superar el mecanismo que quiere convertirnos en autómatas. Que este holocausto sacuda nuestra inercia y nos sirva de ejemplo.”
En el contacto con los villeros se consolidó su acercamiento al peronismo, que, como en el caso de muchos otros, se produjo por el reconocimiento de que esa era la opción del pueblo al que se proponía servir. Por eso, el antes “gorila” que había celebrado el derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955, decía en 1972: “En el Evangelio no hay ninguna receta política para el cristiano, pero hay claramente criterios de opción. Y ahí podemos discrepar los cristianos. El criterio de opción claro es éste: usted tiene que optar por aquel movimiento, aquel partido que exprese fundamentalmente a los humildes, a los pobres. Por aquel partido o movimiento que desde los pobres luche por el bien de todos. Yo personalmente pienso que hoy en la Argentina ese movimiento es el movimiento peronista.”.
Aquel 11 de mayo de 1974 los villeros a quienes Carlos Mujica había dedicado su vida se quedaron sin su “padre rubio”, como lo llamaban. Ellos mismos.

ORACIÓN DEL  PADRE MUJICA
Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos, que parecen tener ocho años, tengan trece;
Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro. Yo me puedo ir, ellos no;
Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas, de las que me puedo ir y ellos no;
Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme de que ellos no pueden hacerlo;
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no; porque nadie hace huelga con su hambre;
Señor, perdóname por decirles “no sólo de pan vive el hombre”, y no luchar con todo para que rescaten su pan;
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí. Ayúdame.
Señor, sueño con morir por ellos; ayúdame a vivir para ellos. Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame.
 
 


KADAFI, UNO DE LOS NUESTROS (Abril 2011) 
El premio Nobel de la Paz, Barack Obama dijo: “Durante generaciones, los Estados Unidos jugaron un papel único como ancla de la seguridad global y defensor de la libertad humana. Concientes de los riesgos y de los costos de la acción militar, nosotros somos naturalmente renuentes a usar la fuerza para solucionar los muchos desafíos que enfrenta el mundo, pero cuando nuestros valores están en juego, tenemos la responsabilidad de actuar, y eso es lo que ha estado ocurriendo en Libia”
¿De qué valores está hablando el pacifista Obama? Será de los valores que se cotizan en el “Mercado” del petróleo. Una guerra más en su espalda. Se olvida que sus ancestros vinieron de África y doblaron sus cuerpos en los yugos de la esclavitud en los mismos Estados Unidos. Darle el Nobel a este farsante es lo mismo que otorgarle el premio de la Cultura a Tinelli.
Libia, bañada por el Mediterráneo y las blancas arenas del desierto poblado de oasis, es un territorio ancestral. Egipcios, fenicios y romanos la transitaron en la antigüedad. Luego Genseríco con sus Vándalos, Bizancio y los árabes, habitaron su suelo. El Imperio Otomano la ocupa en 1553; hasta que pasados los siglos, los bersaglieris italianos la anexan a la península y ya en tiempos de Mussolini la convierten en una colonia.
Muamar Kadafi nace en la ciudad Libia de Sirte el 7 de junio de 1942, cuando las tropas del Mariscal Rommel se batían a duelo con las fuerzas de Montgomery durante la II Guerra Mundial.
Ya adolescente se acercará a las ideas de Gamal Nasser, el líder egipcio que proponía la unidad del mundo árabe. Este movimiento se basaba en lo interno en la justicia social y un socialismo de los pueblos del desierto. Tan solo a los 21 años de edad se gradúa en Derecho y luego ingresa al colegio militar, organizando un grupo llamado “Unión de Militares Libres”.
El 1 de setiembre de 1969 fue parte de la Revolución que derrota al régimen oligárquico del monarca Idris. Con menos de treinta años se coloca al mando de la Junta Revolucionaria. Los puntos principales estaban sintetizados en neutralidad exterior; Unidad Nacional, evacuación de las bases militares inglesas y norteamericanas, y explotación del petróleo en beneficio del Pueblo Libio.
Muamar Kadafi propuso una nueva forma de hacer política en su país, alejándose del partidismo que divide. Podríamos decir que fue el gestor del Movimiento Nacional Libio. En ese marco se solidariza con las causas de liberación de los pueblos en el mundo; apoyando la resistencia de los palestinos contra los invasores de Israel, y firma junto a Nasser y otros líderes la Carta de Trípoli, en donde se fijan pactos referidos a la cooperación política y económica entre los países árabes.
El retiro de las bases extranjeras y la nacionalización del petróleo, le bastaron para ser uno de los ejes del mal para los imperialistas. Estas medidas favorecieron a mejorar el nivel de vida de los libios. El Libro Verde, una especie de Constitución paralela, fue la simiente de la Revolución, proponiendo la no alineación política con ninguno de los bloques opresores del planeta. Ni capitalismo Yanqui, ni Comunismo soviético.
Los Estados Unidos comenzarán a atacarlo en forma permanente, tratando de desprestigiar su imagen, bloquear económicamente y llegando inclusive a bombardear territorio libio, donde resultó muerta una de las hijas de Kadafi en el año 1986, bajo la presidencia de Ronald Reagan.
Caído el muro de Berlín, y el reacomodamiento de las potencias en la incipiente globalización, ponen en alerta al líder libio y busca tratos con occidente, tratando de apaciguar tanto odio hacia su figura. Jamás lo logrará. El odio visceral que los Estados Unidos tienen hacia los revolucionarios de cualquier país no se aplaca nunca. La lista es interminable: Ho Chi Min, Mao Tse Tung, Che Guevara, Perón, Allende, Sandino, Arafat, Chávez, Fidel, y seguirían los etcéteras de malignos para el “Tío Sam”.
Muamar Kadafi es uno de los nuestros. A Ud., lector,  le puede gustar o no su modelo de país o su cara. Pero no podemos tolerar que los Estados Unidos y sus amigos sigan invadiendo pueblos. Sea cual fuere la excusa, pues siempre tienen una. Desde estas líneas nos solidarizamos con el Pueblo libio y su Líder, y aunque pareciera que no alcanza, si sumamos voluntades, podremos construir una fuerza que alguna vez le ponga fin y para siempre a tanta maldad imperialista. 


DESAFÍO NACIONAL Y POPULAR (Marzo 2011)
Hay una frase que dijera Néstor Kirchner que me quedó grabada; y dice así: “No quisiera ser lo último de lo viejo; sino lo primero de lo nuevo”. Analizando la profundidad que encierran dichas palabras, trataré de analizar la visión que en ellas se reflejan.
Cuando desde el campo nacional hablamos de Movimiento Histórico, estamos haciendo referencia a las dos etapas que en el siglo XX las clases populares irrumpieron en la escena política y fueron su principal protagonista. El primer Movimiento lo encarna la figura de Yrigoyen, que en la segunda década del siglo asume la causa nacional y da participación a una clase media postergada por la generación del ochenta.
Allí comenzará un camino de reivindicaciones que, luego de derrocado el caudillo radical, tomaran la posta los jóvenes de FORJA, llevando el embrión de lo que sería el segundo Movimiento. Volvía a resurgir del subsuelo de la Patria la chusma que seguirá a su nuevo líder. En Perón se resumen la orilla inmigrante, los “cabecitas negras” del interior, el movimiento obrero y  la intelectualidad radical alejada de su partido “alvearizado”.
Es materia de estudio sociológico este fenómeno peronista que se extiende hasta nuestros días. Podemos visualizar un primer peronismo, que al decir de nuestros abuelos, fue “el peronismo de Perón”. El peronismo de la revolución nacional plasmada en las reivindicaciones sociales y la independencia económica, como pilares de una cosmovisión alejada de los imperialismos Capitalista y Comunista y teorizadas en la Tercera Posición con respecto de estos dos grandes bloques dominantes de posguerra.
El segundo peronismo, yo lo resumiría en la etapa de la resistencia tras el golpe de estado del ´55. Pasando primero por sabotajes, huelgas, levantamiento militar a favor de la democracia perdida, y luego con la incorporación de algunos sectores de la izquierda nacional y la juventud de los ´60, engrosando un abanico que iba desde los sacerdotes del Tercer Mundo hasta las organizaciones armadas que peleaban por la vuelta de Perón y la liberación nacional. Esta expresión del movimiento se va a materializar en la presidencia de Cámpora y el programa del FREJULI, como punto máximo de avance.
Un tercer pero-nismo, en disputa permanente con los sectores re-volucionarios de la tendencia, será el que liderara desde las sombras  Ló-pez Rega, María Estela Martínez (Isabel), Lastiri, Rucci, las patotas de la Triple A y el CNU. Tras la muerte de Perón, estos sectores de la derecha saldrán a la caza de brujas y serán la antesala del golpe de Estado cívico-militar de 1976.
Tras el regreso de la democracia en 1983, un cuarto peronismo se asoma en el horizonte. Se desempolvan los sobrevivientes y “guardados”, que sostendrán un discurso popular  hasta la aparición de Menem.  Aquí veremos mutar en la más feroz metamorfosis a la gran mayoría de los referentes hacia un liberalismo desbastador, que sería muy triste de enunciar. La traición a los principios fundamentales de la doctrina peronista y la perpetuidad en los distintos cargos en que se mantienen algunos hasta el día de la fecha, darán paso a una nueva corriente que tendrá su expresión visible en la presidencia de Néstor Kirchner.
Es, tras la crisis provocada por Menem, De la Rúa y Duhalde, y el que se vayan todos, que irrumpen en la escena los movimientos sociales y un nuevo peronismo.
Punto. Aquí voy a detenerme para hilvanar la frase del ex presidente. El kirchnerismo podrá convertirse en el último de los peronismos; o tomará el bastón de mariscal y se convertirá en el tercer Movimiento Histórico.
El desafío está planteado. 
 


LA MESA DE ENLACE, SU HISTORIA (Enero-Febrero 2011)
Los opulentos y los ricos campestres vuelven a mostrar sus garras. Las rutas del país volverán a ser escenario del piquete de guante blanco. Su objetivo mediático es aparentar ante la sociedad que ellos son unos pobres mendigos que el gobierno malo y desquiciado trata de apabullar, que les quiere quitar lo poquito que tienen. En sus piquetes volverá el olorcito a mollejas y vino malbec. Vuelven los “panzudos patrones” con sus hijos rosaditos a levantar la bandera del “campo”. De ese campo que en su pulcra vida jamás pisaron y sus manos de pianistas jamás rompieron un terrón. En esos mismos campos donde el trabajo esclavo se mira por doquier, en verdaderos campos de concentración, donde la explotación de los peones no se hace esperar. Ellos los manejan desde sus departamentos de Barrio Norte, sus Notewuk y Wi Fi. Evita aborrecía sus opíparas y adiposas  barrigas de estancieros, con olor a rancio y golpes de Estados. Y aquí está la brasita del fogón de la memoria; recordando; sacando a luz, que sus padres, abuelos y bisabuelos, fueron los usurpadores del indio y el gaucho que habitaba sus  campos, regados con la sangre de los desposeídos. Encarnan ellos la generación del 80; son los nietos de los que traicionaron el “Grito de Alcorta” en 1912, borrando con el codo lo que se escribiera con las manos callosas de los pequeños productores. Esa oligarquía ganadera; hoy sojera, estuvo en todos los golpes a la democracia. Derrocaron a Yrigoyen en el 30; a Perón en el 55; apoyaron a Videla y pusieron uno de sus miembros como ministro de la dictadura: El genocida Martínez de Hoz.  Junto a ellos, hoy vemos a dirigentes “progres” apoyando sus medidas desestabilizadoras. Allí están Pino Solanas, la izquierda “boba” al decir de Jauretche; Carrió; los impresentables de Duhalde and Company; Macri; y Alfonsín hijo; un dirigente que apoya a los señores de La Rural, olvidándose que a su padre lo abuchearan en Palermo cuando era Presidente Raúl Alfonsín quedó en la historia por muchos de sus discursos donde no se guardó palabras para dejar en claro su ideología siempre que hiciera falta.
Uno de los momentos históricos fue en agosto de 1988 cuando el entonces presidente fue silbado en un acto en la rural.
Hoy, más de 20 años después, la entidad agraria se hizo presente en su sepelio y también asistieron miembros de la mesa de enlace.
En 1988, el Plan Primavera había molestado a los ruralistas, pero Alfonsín asistió a la inauguración de la Rural y mientras daba su discurso en el atril comenzaron los silbidos, imágenes que quedaron grabadas.
“Algunos com-portamientos no se consustancian con la democracia, porque es una actitud fascista no escuchar al orador”, dijo un enojado presidente. Fueron años de dura interna con la Sociedad Rural.
Hoy, dos décadas después, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati dio sus palabras al fallecido mandatario: "Se fue un hombre digno", pero "gana la historia del país, porque él siempre va a permanecer".                                                                                              Hoy, los rura-listas ricos vuelven a ponernos en vilo; aumen-tando el precio del trigo, amenazando con desabastecerno, golpeando los bolsillos de los pobres. Un sector de pequeños productores parecería que no se sumarían a las desestabilizadoras medidas, y ya está fraccionada la mesa de enlace. Parece que las encuestas electorales no le dan a la “oposición” y la era Nacional y Popular se sigue vislumbrando en el horizonte. No entremos en el juego de la “prensa” amarilla y farsante, no permitamos que con cuentos del pasado, y promesas del futuro, nos roben el presente. Un presente que se encamina por la vía de la justicia social y el trabajo.                                             

Sepan disculpar los lectores mi enojo ante tales atropellos al Pueblo argentino, y digo, junto a Orlando Veracruz: “Me tienen por demás caliente, tantos cuzcos  garroneros.”